Leemos un manual sobre productividad, organización, buenos hábitos saludables… Mola, nos vendría bien, es lo que siempre decimos que tendríamos que mejorar. Claro que sí, y entonces…directos a meter la patita en la trampa.
Voy a empezar el lunes, el mes próximo, el año que viene (a la lista de buenos deseos para Año Nuevo)… ¿Por qué? ¿Qué pasa? ¿Que puedes darte el lujo de estar hasta entonces estresada, cabreada, frustrada, desmotivada, intoxicada…?
Si algo que has aprendido, oído, leído…crees que puede mejorarte la vida, ¿por qué no empezar ya? Me duele la boca…ya si eso el lunes que viene, que es inicio de semana, empiezo la caja de antinflamatorios que me ha dado la dentista. ¿Haces eso? ¿Te va el sufrir?
La respuesta, aunque increíble, suele ser sí en demasiados casos. Es más cómodo no hacer nada nuevo, seguir en «piloto automático». Probar cosas nuevas pone a prueba tu confianza (¿seré capaz?) y exige movilizar las neuronas y quitar el piloto automático: qué busco con ello, qué quito para incorporar esto nuevo, cuándo, de qué manera, cómo sé que lo he cumplido, qué resultados espero… Es más confortable no hacer nada nuevo, porque nuestro cerebro funciona por ahorro energético, cuantas menos cosas nuevas hagamos, más fácil le será a nuestro cerebro ahorrar energía. Y si estamos en una mala racha, sigue siendo más cómodo y ya dominamos la técnica de seguir revolcándonos en la pena. De ahí que se resista a todo tipo de cambios y de ahí que procure que hagas lo mínimo para cambiar.
Salvo que la regla/hábito/procedimiento tenga en su enunciado una restricción temporal o que estés en un contexto donde la acción vaya a ser rara/ peligrosa/ contraproducente… el momento es YA.
Me explico:
- En ayunas, tomar un vaso de agua grande para mejorar la eliminación de toxinas. Y lo has leído a las 4 de la tarde. Elemental, querido Watson, hasta mañana no va a ser posible…
- Mientras conduces, oyes un podcast sobre productividad. No es plan de soltar el volante y empezar a revisar la agenda…Pero sí es plan, al llegar a casa, de confirmar en 10 minutos que tienes tu plan 1-3-5 preparado para mañana Puedes revisar mi post http://20ochenta.com/exprime-tu-agenda-diaria-la-regla-1-3-5.
La trampa del día perfecto para empezar. Todos los días son perfectos para intentar ser un poco más feliz/ productiva/ organizada. ¿O quieres esperar un poco más? No esperes al día perfecto, ni a la receta perfecta. Evita la trampa.
Elige un pequeño cambio. Planifica cuando, cómo, dónde, un recordatorio para hacerlo, una chuleta para no olvidar cómo hacerlo correctamente y un premio «extra» por realizarlo. Y si hoy no ha salido bien, no esperes hasta el lunes que viene para intentarlo. Borrón y cuenta nueva YA.